
Escucho tu voz metálica a lo lejos,
Con lágrimas en tu garganta,
Cual gigante descubre duendes en sus ojos…
Casi puedo ver tu rostro despojado de gotas,
Sentir tus suspiros en mi pecho aun sangrante,
Colgada de mi cuello desafiando la verdad…
Un diminuto instante recorre este segundo,
Mientras contemplamos este enfermo vivir,
Usurpando camino a la larga espera de los años…
Como si aun fueras mi prenda encantada,
Escondida en un enorme jardín,
Como esta ausente primavera…
Corro a su morada lejana,
Buscado tus lágrimas en el suelo,
Y arrodillada encuentro a esta roble…
La levanto en mis brazos cansados,
Cautivando sus oídos en mí marcha,
Otorgando respiros a eso que ocultamos…
Entrego el mando de mis latidos,
Cortando mis venas en su presencia,
Dando mis sonrisas por su abrazo…
Con lágrimas en tu garganta,
Cual gigante descubre duendes en sus ojos…
Casi puedo ver tu rostro despojado de gotas,
Sentir tus suspiros en mi pecho aun sangrante,
Colgada de mi cuello desafiando la verdad…
Un diminuto instante recorre este segundo,
Mientras contemplamos este enfermo vivir,
Usurpando camino a la larga espera de los años…
Como si aun fueras mi prenda encantada,
Escondida en un enorme jardín,
Como esta ausente primavera…
Corro a su morada lejana,
Buscado tus lágrimas en el suelo,
Y arrodillada encuentro a esta roble…
La levanto en mis brazos cansados,
Cautivando sus oídos en mí marcha,
Otorgando respiros a eso que ocultamos…
Entrego el mando de mis latidos,
Cortando mis venas en su presencia,
Dando mis sonrisas por su abrazo…