
Era miércoles, diez treinta de la mañana, el principio de mi primavera, parecía el mejor amanecer con sus ojos enfrente y mi más anhelado despertar.
Como dos gotas en el mar,
A tu encuentro corrí en la multitud
Y de un tropiezo, un vuelo, una caída y a tu abrazo,
Que error más amable y tibio.
Fue un respiro de lluvia,
Un descanso de escribir tu nombre en mi pared,
Sin conocer la autora de este cuadro,
Sintiendo su aroma en el viento.
Pensé en hablar algo,
Pero los latidos callaron mis palabras
Y a brisa mi silencio,
Entonces todo se detuvo.
Apenas dije mi nombre
Y el tuyo sonó al más bellos soneto,
De pronto el silencio se hizo nuestra compañía
Y ahora tu, mi mas enorme soledad.
Como dos gotas en el mar,
A tu encuentro corrí en la multitud
Y de un tropiezo, un vuelo, una caída y a tu abrazo,
Que error más amable y tibio.
Fue un respiro de lluvia,
Un descanso de escribir tu nombre en mi pared,
Sin conocer la autora de este cuadro,
Sintiendo su aroma en el viento.
Pensé en hablar algo,
Pero los latidos callaron mis palabras
Y a brisa mi silencio,
Entonces todo se detuvo.
Apenas dije mi nombre
Y el tuyo sonó al más bellos soneto,
De pronto el silencio se hizo nuestra compañía
Y ahora tu, mi mas enorme soledad.