
Te digo adiós y hasta siempre,
sin pensar que aprendí a quererte,
cuando la luz de tu bravura al sol dio la muerte.
Pendo un cigarro en esta insólita altura,
aquí se queda la entrañable transparencia
de lo que hoy late en amarguras.
Esta brisa tapa mi primavera,
entre tu sonrisa y mi bandera,
que con tu esencia llama al amor de una nueva empresa,
una que solo conoce tu tez clara….
Y ni imagina tu más querida presencia
sin pensar que aprendí a quererte,
cuando la luz de tu bravura al sol dio la muerte.
Pendo un cigarro en esta insólita altura,
aquí se queda la entrañable transparencia
de lo que hoy late en amarguras.
Esta brisa tapa mi primavera,
entre tu sonrisa y mi bandera,
que con tu esencia llama al amor de una nueva empresa,
una que solo conoce tu tez clara….
Y ni imagina tu más querida presencia