
Tengo miedo y las grietas de mi mente no cesan, todo se mueve y no pasa un segundo en que la sensación no este presente. Hay ruidos raros en la calle y bajo ella, la milicia espera por los desafortunados, mientras mi corazón se agita y mis piernas tiemblan. Es un sentir que no se aguanta y la mente divaga,… y divaga,… pienso en quienes quiero, pienso en mi casa, pienso en mi gente, pienso en la otra gente,… agobia el instante y entre cigarrillos avanza la hora interminable de segundos. Esta espera por la luz que no llega te mata y la noche se hace inmensa, y ni la luna se hace presente en esta visión borrosa de la realidad. Esto es vivir en chile en este momento, a menos de 200 kilómetros del suceso, esto es vivir el día que no avanza y la noche que no abandona la interminable censura de la esperanza.