mayo 18, 2009

El lazo


Tus pies arrullan los míos; como lagrima que corre lenta a su destino, esta es noche fría de adentros, es como cuando ves el viento y las hojas candidas danzan sin saber de su aliento.
Tus piernas enredadas en las mías buscan cobijo sin saberlo; como yepo de serpientes que busca su destino tibio y noche completa, esa que se queda a oscuras y entre cortinas observa.
Tu espalda y brazos son toalla de esta ceguera; son mi muerte en vida, suspiro que recoge estas lagrimas entre versos, el presagio puro de lo que no se olvida y hoy llena mi boca de silencio