
Me siento en el borde de los bordes, como esperando la caída mas eterna de esta tierra, si tan solo fuera caer,… caer y caer bajo la sombra de esta entelequia, sin buscar paradero bajo las sabanas que aun me esperan. Seria sombra triste de la pena más oscura, sol de media noche o nube de arrebol en invierno. Saltar seria lo correcto, caer seria justo y morir seria consecuencia, como esa oscura tarde donde el sol anda bajo y la tierra lo llama al descanso. Deja que tome un último respiro, uno bien hondo para sacar este grito, uno que colme la paciencia de un suspiro y guarde la potencia de tú aroma en el que aun me cobijo. Como no haber bebido de su luz intransigente, si este es mi último sorbo y la luna a gritos llama su presencia, como estas manos que aun guardan sus caricias y esperan en su ausencia, ausencia presente en toda esta histeria de versos sin versos y de amores sin amores, como la mas bella historia de un moribundo en su caída de emociones. Aun sigo al borde y las letras me siguen, como el pasto a la tierra, como tu presencia a lo que hoy desdeña.