marzo 10, 2008

Argumento


Procuro guardarte en silencio,
bebiendo sorbo a sorbo de la locura,
intentando mascullar tu imagen ya perdida en la memoria.

Entonces surge la duda y la miseria de entre las líneas,
buscando el mas absurdo argumento para mantener este pequeño libro abierto,
así como este corazón sangrante que aun palpita tu llegada
y abraza un pañuelo con tu nombre.

Respiro hondo y me alejo,
quizá buscando una razón para no odiarte
o deteniendo el tiempo para tener un buen motivo.

Es aquí donde divago,
donde me ahogo bajo las aguas inquietas
y en la inmensa armonía de un roce conocido,
como en la absurda pertenecía desconocida.