febrero 09, 2009

Morir en los brazos de Valkiria


Sucumbir en los brazos de Valkiria
era hundirse hondo en sus tinieblas,
húmedas y cálidas como el averno insipiente,
como en los comienzos del tiempo,
cuando el tiempo no era tiempo
y el averno sobrecogía de belleza.

Entonces la luna cantaba
y las nubes acariciaban sus versos,
era noche sin muerte y la luz abrigadora,
la vida corría en gotas como el aliento tibio de la marea.

Canta Valkiria, se escuchaba en el bosque,
como susurro ensordecedor entre las hojas y flores,
entonces sucumbir en los brazos de Valkiria era paroxismo de la agonía
y correr a su encuentro la vida de largo techo sin noche.

Hoy Valkiria duerme en mis brazos sin paraje
y su canto ya no llama funerales.

Valkiria de mis sueños susurra este ultimo verso,
como si fuera tu ultimo y mejor verbo,...
y mis líneas tu ultimo aliento.