relato 358

Hoy te extraño y no es algo nuevo, si aun cuando fue ayer que reías abrupta en tu sonrisa intermitente,… entre palillos rozabas en cabello de carreteras o a un lado de ellas,… es extraño hablarte de lejos, cuando en realidad tú eras de cerca, de beso apretado, de mano fundida, de pies juntos y exaltaciones interrumpidas. Te veo y tiemblo un poco, desde lo que se puede ver entre caretas azulinas y llenas de libros mentirosos,… quizá tanto como era entonces,… solo que antes temblaba de cerca y apretado,… hoy tiemblo solo,…  y de lejos.

Duerme,... solo duerme

Cúlpame a mí, que soy el reguero de los cabos sueltos, deja que lo lleve bien o lo intente al menos,… vamos  que sigo el cultivo de problemas, como jardinero fiel o estúpido que busca ya una tregua. Si a veces aun te busco entre la gente, como intentando tenerte en mira, a ver si tu reflejo se cruza en mi mente o al menos yo por,… por tus labios,… un segundo,… quizá sintiendo tu aroma dulce, tu piel suave,… tus manos pequeñas,… tus pies bellos,… deja que tome tu reflejo desde el agua, deja que lo beba a sorbos,… deja que te llore un segundo,… deja que te tome en mi recuerdo,… aun que sea la última vez, aun que no te vuelva a sentir otra vez.