febrero 18, 2008

Epígrafe de una carta


Le escribí tantas veces sin pensarlo pero su vista no me tocaba y sin mas ahí quedo mi cuerpo tendido, como si la lluvia lo acariciara en el suelo. Deje de escribirle entonces, esperando que su golpe llegara a mi ventana, con una caricia, un te quiero, una mirada. Pero el tiempo se la había llevado,… se le llevo tan lejos que ni mi vista la alcanzo, ni sus latidos escuchaba. Entonces apareció una carta,… amarilla de trajín,… era su carta, esa que espere tanto tiempo, esa que avivó la esperanza. La abrí poco a poco, esperando sus versos amantes,… y sin mas encontré su despedida,… se abrió mi pecho y deje caer la daga en medio, como si no importara la vida o fuera esta fuera la muerte en persona.
Intente seguirle el rastro, surcando el cielo en mi bote sagrado pero entonces ya no contesto mas mis cartas y mi corazón seguía clavado en ella, y mis manos ya no podían tocarla, y la distancia se hizo infinita, y mi pecho seguía llamándola. ¿Como volver mi vista a la distancia si ella ya se ha ido?, ¿como alcanzarla si esta tan lejos?,… es esto lo que me pregunto ahora, si el amor de entonces fue suficiente o tan solo fue una demora, si fue verdadero el sentido o solo una respuesta a lo pedido. Procuro salir del paso aun caminando por la avenida, a ver si encuentro su rastro perdido o en ella alguna sombra para el olvido.