Corro, me lanzo, caigo y a todas las horas los versos se van quemando, como en refugio del fuego, como los recuerdos de un día que talvez dieron calor, se van sin dolor ni cielo,… como los besos que llevaron al llanto, como el sudor que el tiempo fue evaporando, como el dolor en el punzón de los sueños, y en uno de los muchos mundos se busca quien tome tus dedos, de esos fino y pequeños. Son pocos los caminos abiertos, así como los ojos de quien añora llorar,… el olor a tierra mojada no deja escapar y nuestra madre que no espera, florece en heladas mañanas al verlas pasar, así corre la historia de quien no sabe enfrentar y conoce como entregar, entonces es mejor no pensar de mas y dejar que el viento encuentre una razón.
