
Me envuelvo en tus brazos ahora lejanos, sosteniendo tus manos tenues y tu vista café de ojos cerrados; es como volver a ser niño un momento, ser ingenuo y sencillo, flamante poeta de lo no vendido.
Me abriga tu regazo cuando aun hace frío y tu silente beso vuelca mis labios al vacío; soy placer de tu momento, como instante de olvido, sin ser motivo que aplaque tu destino.
Deja que sea yo quien te abrace ahora, ser tu arrullo más próximo que no demora, el sostén mas lleno de tu rezo que cobija lo que enloquece por tu beso; ve como la luna que habita en mi cabeza termina siendo la ultima estrofa de tu verso.
Me abriga tu regazo cuando aun hace frío y tu silente beso vuelca mis labios al vacío; soy placer de tu momento, como instante de olvido, sin ser motivo que aplaque tu destino.
Deja que sea yo quien te abrace ahora, ser tu arrullo más próximo que no demora, el sostén mas lleno de tu rezo que cobija lo que enloquece por tu beso; ve como la luna que habita en mi cabeza termina siendo la ultima estrofa de tu verso.