El sueño de tenerte

Sentirte de nuevo en mi cama, desliando la sutil letra por tu espalda, suave y delicada caricia que llama a la calma.

Ahí es donde empieza el roce y tu falda, como navío en descuido que hunde su fama,… me vuelvo cohete en llamas y frágil gorrión que canta en tu alma.

Entonces amarte se hace preciso y seguir se vuelve urgente de la nada, como sentir que aun sueñas con mi abrazo y que aquí todavía, me guarda tu almohada.

relato de un bolero

Deja que te tome la mano y te invite esta pieza,… deja que este bolero te cale tan hondo como tu silueta que aun sigo tras el ventanal. Llevo ya tantos años bebiendo en el boliche de la esquina, que ya no hago escándalos para que no me alejen de ti,… son ya 20 años desde el ultimo bolero que te pedí,… son ya 20 años desde que la policía me llevo,….

Sé que cometí un error,… pero eso vive en el paso,… baila conmigo este bolero desde el corazón, que llevo tanto esperándote a que vuelva tu abrazo a este pecho que lleno de locura, que aun sigue lleno de tu aroma y amor.

A fuera llueve mujer,… lleva a este pordiosero a tu casa y haz realidad mis sueños, que ya veo desde hace tanto, que podría dibujar tu silueta con mis manos, te reconocería donde fuera y a media luz,… o tan solo termina este bolero que tu cuerpo cálido ya me acepta para invitarte otra canción.

relato 358

Hoy te extraño y no es algo nuevo, si aun cuando fue ayer que reías abrupta en tu sonrisa intermitente,… entre palillos rozabas en cabello de carreteras o a un lado de ellas,… es extraño hablarte de lejos, cuando en realidad tú eras de cerca, de beso apretado, de mano fundida, de pies juntos y exaltaciones interrumpidas. Te veo y tiemblo un poco, desde lo que se puede ver entre caretas azulinas y llenas de libros mentirosos,… quizá tanto como era entonces,… solo que antes temblaba de cerca y apretado,… hoy tiemblo solo,…  y de lejos.

Duerme,... solo duerme

Cúlpame a mí, que soy el reguero de los cabos sueltos, deja que lo lleve bien o lo intente al menos,… vamos  que sigo el cultivo de problemas, como jardinero fiel o estúpido que busca ya una tregua. Si a veces aun te busco entre la gente, como intentando tenerte en mira, a ver si tu reflejo se cruza en mi mente o al menos yo por,… por tus labios,… un segundo,… quizá sintiendo tu aroma dulce, tu piel suave,… tus manos pequeñas,… tus pies bellos,… deja que tome tu reflejo desde el agua, deja que lo beba a sorbos,… deja que te llore un segundo,… deja que te tome en mi recuerdo,… aun que sea la última vez, aun que no te vuelva a sentir otra vez.

Dormidos

 Déjame decirte algo enserio y despacio,… sigue durmiendo que apenas comienzo,… arrúllate lento entre esas sabanas claras mientras aguanto el aliento. Hoy brillas de sudor suave, de ese que vuelve carmín lo claro de tu sonrisa y aleja estas ideas locas de beberte a prisa. Sigue con tus ojos cerrados, que el marrón de la mirada no escape muy lejos y que la tenue claridad de esta luna sonriente no te arrebate de Morfeo. Permite a las arenas del sueño que cubran tus ojos, mientras aun calmo las manos de tanto que tiemblo, déjame volar rasante con un beso, aun cuando sea solo en este hermoso y expectante sueño.

Relato 500

Ayer me tomo por sorpresa,… te lloré como nunca y te perdí como siempre. Fue un ayer de esos que colma la mente y te devuelve a las memorias, abatidos entre la cima más alta y valle más profundo, entre la entelequia de la estrategia no resuelta y el arrebato más sincero. Ayer te perdí de nuevo y parece que esta vez fue un adiós con sabor sincero,… con sabor a mar entre los dientes, con la voz extraña y bebiendo de lo ausente,… ayer me llevo demasiado lejos,… tan lejos que pensé jamás ver la mañana de hoy.

Hoy te encuentras lejos y yo no tan cerca, algo perdido de las vistas y oculto de tus sonrisas, hoy me recuerda ayer por lo tenue del color y por lo gris del de esta camisa, hoy es un espacio raro donde la vida hecha no se ah escrito y la palpitante esperanza de verme a los ojos sincero, no ha desaparecido por completo.

Hoy es un día distinto a ayer, y hoy Joaquín me mira a los ojos,… por sorpresa me dice, con su voz dulce: “¿somos amigos?”, con esa mirada inquisidora de niño con preguntas… a lo cual con la garganta apretada y vista senil respondo: “los mejores amigos Joaquín, los mejores”… lo que me recuerda siempre, que hoy pronto será ayer,… y mañana no volverá a ser lo que fue.