octubre 31, 2006

Ahora


En un lugar de la jauría urbana te vi,
Y algo se encendió, el reloj no importo, ni las horas,
Ni los días, ni nada mas que no fueras tu.
Y sin vuelta atrás llego el impulso,
Abrí mis ventanas y estabas tú en el jardín,
Con tus flores y penas que solo yo podia ver.
Entonces mi sol las removió de un soplido.

Quizá ahora es tiempo de ser rescatado de este lugar,
Donde las dagas se clavan profundas en el pecho.
Donde ni el tiempo ni la vida vale…
Donde solo vale que lleves por dentro.

En ese tiempo, su mano toma la mía y mi beso la atravesaba,
Cuando los frutos sabían a estrellas y soles.
Entonces vivía en tus sueños,
Recorría las galaxias y te bajaba soles,
Hoy me fundo en esta silla y los cigarrillos consumen mi existencia,
Las letras no son las mismas, ni el verso escondido…

3 comentarios:

María Esquitin dijo...

A veces creo que necesitamos de otros para existir ... siempre escribimos para otros, no para nosotros ¿seremos capaces de vernos un día en el espejo?.

>>Con vista hacia el ocaso dijo...

....y las mariposas rondan..suspiros alados que acampañaran el resto de tu largo camino alegrando dias de espera por algo...eso que aun no se ve...el viento sopla mientras tu lees, pequeña brisa que te alentara para tomar una nueva pagina....

Anónimo dijo...

hola

buen blog!