
Lavó su rostro en la lluvia,
Mientras la brisa rozaba sus manos,
Las mejillas de ella seguían frías y rojas.
Preguntaba por si el sol pronto saldría
Y el con un beso intentó robarle un suspiro.
Las hojas aun caían amarillas,
Como la más triste tonada de un solitario cello,
Ella no veía a su melancólico acompañante
Que susurra distante a tu oído,
Quizá fue la lluvia segó sus palabras.
De pronto llego el silencio,
Ella volvió la mirada y su acompañante estaba en el suelo.
El no respiraba y estaba frío,
Había gastado su último aliento en palabras sordas
Mientras ella aun ve su reflejo en las charcas.
3 comentarios:
muy triston...me gustan mas lo finales felices jeje
que estes bien no te he topado por el msn
cuidate harto
Es como un cuento con final triste, quizas este fin podria ser otro, si lo que se siente no fuese solo un lejano e invisible suspiro al oido,ni una mirada perdida sino mas bien una palabra desde el corazon que nunca fueron dichas.
Igual esta hermoso este relato a pesar de un triste final.
Muchos finales son tristes, mas aun cuando no se dicen, cuando colman la mente de recuerdos y sin notarlos ya se fueron,… a veces es intenso a la memoria pero un traspié para la vida, quizá es mejor dejar que vuele la mente y así es mas simple para los que yacen tendidos.
Dicen que el matrimonio es para toda la vida pero hay cosas que ni siquiera se firman y aun así persisten más que la memoria.
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