abril 05, 2009

Atado a un amor


Veo las escamas de tu discurso,
escamas que cortan mi cara a cada palabra escupida en furia,
como si la vida se fuera por la puerta chica
y el amor la siguiera de cerca.

No logro tomar tus dos manos a la vez,
cuando tu rostro gira en la oscuridad,
alejándote despacio y desapareciendo a cada momento.

Mis pies se pegan al suelo,
entre barro y desencanto,
como si me hundiera en la triste idea de perderte
y nunca volver a verte.

Corto por lo angosto y me arrojo a las letras,
quizá buscando el vomito de esta pena
o el alarido estremecedor de la rabia que se aferra,
es furia entre dientes
y lagrima apretada de estas manos que no saben tocar el corazón,
ni llamar al deseo por pasión.

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