
Veo las escamas de tu discurso,
escamas que cortan mi cara a cada palabra escupida en furia,
como si la vida se fuera por la puerta chica
y el amor la siguiera de cerca.
No logro tomar tus dos manos a la vez,
cuando tu rostro gira en la oscuridad,
alejándote despacio y desapareciendo a cada momento.
Mis pies se pegan al suelo,
entre barro y desencanto,
como si me hundiera en la triste idea de perderte
y nunca volver a verte.
Corto por lo angosto y me arrojo a las letras,
quizá buscando el vomito de esta pena
o el alarido estremecedor de la rabia que se aferra,
es furia entre dientes
y lagrima apretada de estas manos que no saben tocar el corazón,
ni llamar al deseo por pasión.
escamas que cortan mi cara a cada palabra escupida en furia,
como si la vida se fuera por la puerta chica
y el amor la siguiera de cerca.
No logro tomar tus dos manos a la vez,
cuando tu rostro gira en la oscuridad,
alejándote despacio y desapareciendo a cada momento.
Mis pies se pegan al suelo,
entre barro y desencanto,
como si me hundiera en la triste idea de perderte
y nunca volver a verte.
Corto por lo angosto y me arrojo a las letras,
quizá buscando el vomito de esta pena
o el alarido estremecedor de la rabia que se aferra,
es furia entre dientes
y lagrima apretada de estas manos que no saben tocar el corazón,
ni llamar al deseo por pasión.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario