Muerde tus palabras despacio, que los vidrios podrían dañarte, deja que el veneno recorra tu cuerpo, como se hace cotidiano en esta guerra de desangro.
Olvida mi mente desahuciada que ya divaga en el camino del recuerdo, como los obscuros retratos de sonrisas gastadas o del paño cocinero que no aguanta otra lavada.
Persigue tu sueño que no me quedare en la partida y como buen corredor ya se de pistas perdidas.
Deja que el manto de la noche eterna cubra nuestros cuerpos abatidos, que esta historia ya se ha ido y es mejor no remover a que ya han caído, bebe despacio de este último beso de memorias que la vida pasa y ya no nos quedan horas.
Deja que cambie tu vida, que ya de esta carne no veras nuevas jugadas, ni suertes resabidas,… el tiempo pasa y corre aprisa,… da el paso que esta jugada es de jaque,… no es de extrañarnos que en la paz del descuido nos llega el mate.