enero 01, 2013

Relato 500

Ayer me tomo por sorpresa,… te lloré como nunca y te perdí como siempre. Fue un ayer de esos que colma la mente y te devuelve a las memorias, abatidos entre la cima más alta y valle más profundo, entre la entelequia de la estrategia no resuelta y el arrebato más sincero. Ayer te perdí de nuevo y parece que esta vez fue un adiós con sabor sincero,… con sabor a mar entre los dientes, con la voz extraña y bebiendo de lo ausente,… ayer me llevo demasiado lejos,… tan lejos que pensé jamás ver la mañana de hoy.
Hoy te encuentras lejos y yo no tan cerca, algo perdido de las vistas y oculto de tus sonrisas, hoy me recuerda ayer por lo tenue del color y por lo gris del de esta camisa, hoy es un espacio raro donde la vida hecha no se ah escrito y la palpitante esperanza de verme a los ojos sincero, no ha desaparecido por completo.
Hoy es un día distinto a ayer, y hoy Joaquín me mira a los ojos,… por sorpresa me dice, con su voz dulce: “¿somos amigos?”, con esa mirada inquisidora de niño con preguntas… a lo cual con la garganta apretada y vista senil respondo: “los mejores amigos Joaquín, los mejores”… lo que me recuerda siempre, que hoy pronto será ayer,… y mañana no volverá a ser lo que fue.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre estaré