
Y como no haber muerto en sus brazos, si el agua mas calida se encontraba en ellos y el arrullo mas ingenuo corría en su cintura,… como mis manos que caían con el viento y su beso que escapaba a la cordura. Era sangre de solsticio y espuma mañanera, de noche que eclipsaba cualquier sonrisa y movimiento de marea,… era esquizofrenia de correr desnudo, como se corre cuando se es niño y no se teme a la opinión de cualquiera. Ha pasado tanta agua por estos ojos ya cansados, tantos soles de invierno y primaveras, como tantas penas guarda esta sonrisa,… sonrisa que ya se vuelve tosca y de madera. Es tan complejo morir en muerte prestada, tan solitario el pasar de un mendigo, que como mano de leproso no quiere ser tocada ni vista,… así pasa el tiempo y se olvida hasta el olvido, como ahora que se olvida,… lo vivido.
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