La bruma de la soledad susurra en tu nombre, como espasmo
sordo que no ve.
Espero el pulso de tu sombra que no clama, como verano que
no cae, o sombras de un mundo de esquirlas que no busco.
Déjame ver un poco de ese amor entreverado que hoy se ve
lejos, borra tu arena que hoy queda, de la que no puedo temer.
Hoy hace frio de dentro, frio de tus labios sin rumbo, frio
de piel seca que no llora lo que antes hacia lumbre.
Quiero volver a la risa, de esa que rompe en grito de penal,
como marfil de tu risa que no ahoga el mar.
Búscame en el día de festín y hazme tuyo como en el día del festín,
amándonos frescos en el jardín riendo para no volver a llorar.
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